Continuamos con esta pequeña guía que recorre el municipio de Sant Josep de sa Talaia en 72 h.
Si no has leído la primera parte de esta guía la puedes encontrar  aquí.

Sábado

19h. Antes del anochecer habrá que buscar un nuevo rincón desde donde despedir el sol de nuevo. Esta vez nos desplazamos a la vecina Cala d’Hort, un lugar perfecto donde darse un baño rápido, pues el mirador elegido para disfrutar de la puesta está algo apartado de la cala principal. Cala d’Hort es también un lugar espectacular para disfrutar de la gastronomía costera, pero el centro de atención de esta playa es el imponente islote de Es Vedrà, acompañado de Es Vedranell, que se alzan frente a esta playa. Es Vedrà siempre ha sido un lugar con un magnetismo muy especial que ha dado lugar a múltiples leyendas. Cuando lo contemples con tus propios ojos, sabrás de qué te hablamos, pues es imposible no sobrecogerse ante la belleza del paisaje.

22h.

Nos preparamos para la última noche en la isla y toca ponerse las mejores galas para buscar el restaurante ideal para la cena. En este caso, según tu gusto podrás elegir entre la amplia oferta de restaurantes que existe en el municipio. Platja d’en Bossa puede ser un lugar idóneo, pues en esta zona turística encontrarás todo tipo de restaurantes y en abundancia. Sin embargo, quizás los que están a pie de playa sean los que más encanto tengan, ya que comer con el sonido del mar de fondo en restaurantes de gran calidad es todo un placer para los sentidos.

También cabe recordar que muchos de los establecimientos del municipio se encuentran dispersos por el campo o a pie de carretera. Además, hay que tener en cuenta que muchos restaurantes de playa no solo abren al mediodía, sino que por la noche también ofrecen un concepto totalmente nuevo. Elijáis lo que elijáis seguro que acertaréis. Una vez terminéis la cena, si no apetece repetir una noche de desenfreno ¿por qué no os tomáis una copa a la fresca en el pueblo de Sant Josep? Aquí encontraréis varios bares donde comenzar la noche con un buen cóctel. Con un poco de suerte, puede que sea noche de música en directo en alguno de los bares y podáis disfrutar de una copa con buen sonido de fondo. Pero ya sabéis, si la noche se anima solo tenéis que moveros de nuevo a Platja d’en Bossa, donde cualquiera de sus establecimientos estará encantado de celebrar la noche contigo.

Domingo

10h. Es el último despertar en la isla y, para no perder ni un segundo, decidimos desayunar a pie de playa en el lugar más chic de la isla: la playa de Ses Salines, situada dentro del Parque Natural bautizado con el mismo nombre. Aquí te sorprenderá lo limpias y tranquilas que son sus aguas, además de contar con una arena blanca y fina ¡este lugar puede confundirse con una playa del Caribe! Sin embargo, lo que predomina aquí no son las palmeras, sino un bosque de pinos que cobija a varios restaurantes y que franquea toda la playa. Siéntate en la terraza que más te guste y prueba un delicioso zumo natural mientras contemplas a los bañistas disfrutar de un estupendo día de sol. Bañarse en sus aguas o practicar alguno de los deportes náuticos que se ofertan en la zona, como windsurf o catamarán, puede ser un plan estupendo para la mañana de tu último día en la isla.

14h. Es hora de comer y quizás habría que visitar una nueva zona. En este caso la vecina playa de Es Cavallet, que también forma parte del Parque Natural, es el lugar perfecto para tomar una última comilona ibicenca. Aquí son varios los restaurantes que se despliegan al borde de la costa para ofrecerte la más variada gastronomía. Todos ellos cuentan con estupendas terrazas y en algunos incluso puedes encontrar chillouts en plena playa. En todo caso no te asustes, porque esta playa es oficialmente nudista y aquí se respira un ambiente más liberal.

18h. Cuando te canses de los baños en el Mediterráneo, la zona del Parque Natural es perfecta para dar largos paseos. Caminar junto a los estanques de la salinera, donde hacen parada los flamencos durante su migración, visitar la Torre de sa Sal Rossa, al final de Playa d’en Bossa, o la Torre de ses Portes, entre Es Cavallet y Ses Salines, o también recorrer la playa des Codolar son algunas de las rutas más recomendables de la zona. El broche final a este día lo pondremos en Sant Francesc, una pequeña iglesia junto al Parque Natural donde tomar una cerveza con la puesta de sol de fondo. ¡Es la instantánea perfecta para finalizar las vacaciones!

21h. Es hora de despedirse de la isla y empaquetar en la maleta todos los buenos recuerdos que Ibiza, y concretamente el municipio de Sant Josep, te ha ofrecido. Aún son muchos los sitios que quedan por visitar, pero la isla siempre estará encantada de recibirte e ir desvelándote poco a poco sus secretos, ya sea en verano como en invierno. Esperamos que la guía te haya sido útil y que vuelvas pronto a disfrutar del sol y de las calas ibicencas ¡Buen viaje!