Un paseo al corazón del municipio de Sant Josep de sa Talaia: Benimussa
El municipio de Sant Josep tiene toda clase de paisajes que sorprenderán a más de uno: playas de belleza mediterránea, acantilados majestuosos, montañas verdes repletas de pinos y, por supuesto, el campo, esa parte esencial de esta tierra que fue sustento de nuestros antepasados y que en la actualidad aún permanece ahí para recordar este pasado tan vinculado a la tierra.
En cualquiera de los pueblos de esta zona resulta fácil encontrar campos de cultivo y árboles frutales, pero hay un rincón muy especial, oculto en los valles del interior, que esconde el lado más rural de la isla, ese que apenas es conocido por el que sabe de su existencia.
Se trata de Benimussa, una zona cuyo territorio se extiende entre Sant Agustí, Sant Josep, Sant Jordi y parte del municipio de Sant Antoni. Su nombre viene de la antigua alquería más importante del Quartó de Portmany, allá por el siglo XIV. Con el tiempo se convirtió en una venda con una importante población, hecho que desembocó a fundar la actual parroquia de Sant Josep
La magia de este lugar reside en la poca alteración del paisaje, ya que se trata de una zona poco transitada sin ninguna clase de negocio, simplemente la naturaleza en estado puro. Probablemente este lugar aún permanece intacto gracias a su aislamiento, pues es un inmenso valle agrícola franqueado por varias montañas elevadas. El principal acceso se encuentra a las afueras de Sant Josep, donde comienza el conocido camino de Benimussa. Este recorre el interior de la isla para desembocar en distintos senderos que conducen a los pueblos que colindan esta zona, uno de los más conocidos es el Coll des Rossellons, de más de 200m de altura y que conduce al extremo norte de Benimussa. Los caminos complicados son habituales, pues aquí los montes alcanzan elevaciones superiores a los 400m, como es el caso de Puig Gros o Puig d’en Serra.
La zona también cuenta con un importante torrente conocido como Torrent de Benimussa, que constituye el eje central del valle, ya que recoge todas las ramificaciones para conducir el agua en dirección norte, donde desemboca en la zona de Sant Antoni y es conocido como Torrent des Regueró. También encontramos el torrente de Cas Berris, que se dirige hacia el sur para desembocar en Cala Jondal, hecho que le da el nombre de Torrent des Jondal en su tramo más bajo. El agua en esta zona corría en abundancia y por eso muchos de los acuíferos que abastecen a la población se encuentran en Benimussa.
El paisaje es principalmente rural, donde predominan los cultivos de secano, mientras que en las terrazas más altas encontramos árboles frutales de toda clase, en especial almendros y olivos. Algunas zonas han sido tomadas por el bosque debido al abandono de este modo de vida agrícola, pero aún así, dar un paseo por esta zona es impregnarse de la Ibiza más auténtica: además de campo, aún encontramos casas típicas de la isla, con su clásica arquitectura basada en gruesas paredes de piedra y cal, vigas de sabina y un inmenso portón acompañado de pequeñas ventanas (perfecta defensa para tiempos pasados donde los saqueos eran habituales). Estas casas payesas son las verdadera personalidad de esta parte de la isla, pues son estas las que se han encargado de preservar la tradición manteniendo los campos en activo y ofreciendo una estampa intacta de la Ibiza de interior que vive apartada de las costumbres marineras, tan habituales también en este municipio.
Y en este paseo también hay otros lugares de interés por visitar. Uno de ellos es el Pou d’en Benet, un lugar típico donde se recogía agua y que en la actualidad es lugar de fiesta cada verano, con los tradicionales bailes populares que celebran los grupos folclóricos de la zona. Estos bailes se solían celebrar antaño alrededor de los pozos para rendir culto al preciado tesoro del agua y para festejar la cosecha. Hoy en día sigue siendo una excusa para reunirse y divertirse y para no perder las tradiciones.
Otro lugar muy interesante para hacer una pequeña excursión es Sa Capelleta d’en Serra. Solo es apta para gente que busca aventuras, ya que el camino hasta llegar a la cumbre de Puig d’en Serra, donde se ubica esta pequeña edificación, es empinado. La historia cuenta que un hombre marchó a la guerra de Argel a principios del siglo XX y prometió que si conseguía volver sano y salvo, construiría esta pequeña ermita, ahora lugar de peregrinaje de muchos habitantes de Sant Josep, sobre todo durante sus fiestas patronales.
Como ves, Benimussa es una de las caras más desconocidas del municipio de Sant Josep, pero no por ello tiene menos que ofrecer. Es más, aquí podrás disfrutar de estupendos caminos para practicar senderismo o poner a prueba tu resistencia con las rutas de BTT, que se pueden realizar especialmente en la parte más montañosa. No es de extrañar que este espacio tan singular haya sido declarado Área Natural de Especial Interés. ¡Solo queda acercarse para conocerla!