En los últimos años la gastronomía se ha erigido en uno de los atractivos indispensables de cualquier enclave turístico que se precie. También en este aspecto Sant Josep es un destino afortunado ya que el legado culinario que atesora es impresionante. De entrada cuenta con toda la sabiduría acumulada durante siglos por las diversas civilizaciones que poblaron sus tierras. Mientras que los cartagineses hicieron del vino y de la salazón toda una industria, con continuidad en la época romana, los árabes pulieron y perfeccionaron las técnicas de regadío y gestión del agua para extraer el máximo beneficio de la tierra hasta la llegada de los cristianos que consolidaron la producción agrícola, ganadera y pesquera.

El resultado ha sido una exquisita conjunción de tradiciones culinarias fundamentadas en el producto, necesariamente local, que con el tiempo ha demostrado además ser de una excepcional calidad. Frutas, verduras, carnes, pescados, cereales, hortalizas y derivados como el aceite, la sal o el vino forman una sólida base de ingredientes que han dado vida a innumerables platos.

A esa tradición y sabiduría ancestral y a esa riqueza natural del producto se ha sumado en los últimos años la aportación de una nueva generación de profesionales de la gastronomía que han incorporado una rebosante creatividad, tanto en la forma como en el fondo. Algo que ha sido posible por el espectacular avance experimentado en el ámbito de la tecnología y del conocimiento aplicado a la cocina. Las nuevas técnicas de elaboración y los nuevos usos del producto tradicional han dado un espectacular vuelco al panorama culinario. El resultado hoy es un fascinante panorama lleno de tentaciones culinarias allá donde quiera que uno vaya.

Comer o cenar frente al mar es uno de los placeres que están a la orden del día en Sant Josep. Los restaurantes de playa han sido desde siempre uno de los puntos neurálgicos para quien desea saborear la esencia mediterránea de la gastronomía local. La tradición marinera brilla en todo su esplendor en sus cartas, en las que suelen destacar los arroces de pescado y marisco, el arroz a la marinera, el omnipresente bullit de peix, los pescados frescos al horno, las fritas de pulpo, sepia o calamar y otros tantos platos debidamente acompañados por las vistas del mar Mediterráneo.

Al listado de lugares tradicionales se han añadido nuevas propuestas que, partiendo del producto de proximidad, fresco y de calidad, elaboran recetas de fusión, con conceptos innovadores, rompedores y vanguardistas. Buena muestra de ello han sido los sucesivos reconocimientos a modo de recomendación que varios establecimientos de Sant Josep han recibido por parte de entidades tan reconocidas como la Guía Michelín o la Guía Repsol.

El encanto del paisaje interior de Sant Josep también es un atractivo que cuenta con aliciente gastronómico. Son muchos los restaurantes situados en el campo que ofrecen propuestas tentadoras. El entorno de los pueblos suele ser el emplazamiento de muchos de ellos, por lo que la visita a cada pequeño núcleo de población suele llevar aparejado un interesante descubrimiento culinario.

Sant Josep, como población principal del municipio, cuenta con toda una sucesión de restaurantes alrededor de la iglesia que brindan una oferta completa y muy variada. Menús, tapas, platillos, carnes premium, pastas, pescados… una oferta abierta a todos los públicos y gustos.

Sant Agustí des Vedrà es un pueblecito lleno de encanto, con una coqueta plaza frente a la iglesia, que ofrece la posibilidad de disfrutar de cenas románticas a la luz de la luna, en el marco incomparable de la arquitectura ibicenca más genuina.

Sant Jordi de Ses Salines, próximo a la ciudad de Ibiza, acumula un importante catálogo de restaurantes y locales que proponen un auténtico viaje por las cocinas de todo el mundo: japonés, chino, italiano, ibicenco, argentino, asturiano… Las opciones se multiplican por doquier.

Chef David Grussaute

Sant Josep de sa Talaia también se implica en la difusión y conocimiento del producto local y de la cocina innovadora que hunde sus jóvenes raíces en la tradición culinaria de la isla.

Una muestra de ello fue su presencia en el certamen Madrid Fusión 2023, de la mano de un chef, David Grussaute, que reivindica en cada plato el producto local de calidad y la innovación basada en el respeto a la tradición. El alma gastronómica de Sant Josep se basa precisamente en el uso de producto de kilómetro cero y en la recuperación de antiguas técnicas de cocinado que estaban al borde del olvido.

En Madrid Fusión 2023 el chef propuso un menú que incluía reformulaciones en torno a la sobrasada y la sandía, el atún de la isla y la posidonia (en forma de polvo de sal), el sofrit pagés, el royal de porc negre o la ensaimada. Una perfecta síntesis de lo que el visitante puede esperar de un lugar donde tradición y vanguardia se dan la mano a lo largo y ancho de todo el territorio.