Un paseo por los acantilados del poniente de Sant Josep
Cualquier momento del día es perfecto para dar una paseo por Ibiza, uno de esas caminatas que hacen que entres en contacto con la naturaleza y que a la vuelta sientas que has recargado las pilas. Pero si hay algún momento más especial que ningún otro para pasear, ese es el atardecer, cuando el paisaje se tiñe de tonos rojizos y el calor se va desvaneciendo para dar paso a las agradables temperaturas de la noche. Es por eso que te proponemos dar una vuelta por una de las partes más atractivas de la costa del municipio de Sant Josep, los acantilados de poniente que recorren el litoral desde Cala Codolar hasta Platges de Comte, desde donde se puede contemplar mejor la puesta de sol durante los meses de verano. ¡Descubramos todo lo que tiene por ofrecer el poniente ibicenco!
Mapa de la ruta
Dificultad: Media
Distancia: 3,32 km.
Tiempo estimado: 2 hrs .
Recomendaciones: Llevar calzado deportivo, ropa deportiva y agua.
Partiendo de Sant Josep, deberás dirigirte hacia Sant Agustí y, tras el desvío que conduce al núcleo del pueblo, encontramos otro, en la parte izquierda, que indica las diversas playas que se ubican en esta zona, la gran mayoría orientadas hacia el oeste. Si seguimos esta carretera en dirección a Platges de Comte, a apenas un par de kilómetros antes de llegar a estas espectaculares playas, se encuentra el camino que lleva a Cala Codolar, una cala escondida desde donde comenzaremos este interesante recorrido.
Antes de empezar a caminar, disfruta de la belleza de esta cala, un apartado rincón alejado de aglomeraciones, perfecto para aquellos que saben apreciar la tranquilidad de las pequeñas playas. Su encanto natural no se ve eclipsado por los escasos servicios con los que cuenta la playa y sus aguas suelen ser de ese azul cristalino que tanto abunda en esta parte de la isla. Y ya que estamos en la zona, equípate con un buen calzado porque vale la pena ascender la zona sur de esta playa para llegar hasta Cala Llentia, una playa aún más escondida que no podíamos olvidar en este recorrido.
El atractivo de Cala Llentia reside en su ubicación de difícil acceso, (no hay ningún camino para acercarse en vehículo), hecho que permite que permanezca casi intacta. Se encuentra en una bahía escondida en los acantilados que van desde Cala Corral hasta Cala Codolar y son también un estupendo mirador desde donde contemplar el Mediterráneo, con Es Vedrà al fondo en la parte sur. En los días más despejados, hasta podrás divisar las costas de Dénia en la lejanía. Efectivamente, se trata de un lugar estupendo para contemplar el atardecer en las fechas más tempranas y más tardías de los meses estivales. Desde ahí existe un pequeño sendero que conduce hasta la orilla de Cala Llentia, una playa de cantos rodados y aguas cristalinas que con un poco de suerte encontrarás a tu entera disposición. La estampa se verá completa con las casas varadero que se encuentran en la cala y que le dan ese carácter tan típico ibicenco.
Retomando el punto de partida, Cala Codolar, seguiremos adentrándonos en la belleza del paisaje de la zona. Para ello, nos dirigiremos al norte atravesando la urbanización ubicada en Puig des Dofí. Al otro lado, siguiendo la costa, llegaremos hasta Sa Figuera Borda, una bahía cuyo atractivo te sorprenderá cuando la observes desde las alturas. Lo mejor de este rincón es su enorme cueva, un impresionante agujero que atraviesa de lado a lado la roca, el marco perfecto para contemplar las vistas sobre S’Espartar, el islote que surge frente a esta costa. Para poder acceder hasta ella, encontrarás unas escaleras en la parte norte de la bahía que conducen hasta las casetas varadero que aprovechan el cobijo de la cueva. El lugar tiene un aspecto poco común y vale la pena recrearse en él para disfrutar de lo que puede ofrecer la costa rocosa, ya sea dándote un chapuzón y buceando en sus aguas claras u observando el paisaje a través del agujero de la piedra.
Una vez ascendemos de nuevo, podemos disfrutar de la panorámica del horizonte oeste de la isla y de S’Espartar al fondo. Este islote es conocido por haber sido uno de los lugares de recolecta de esparto en años pasados. En la actualidad ya no se practica esta cosecha, pero aún queda algún que otro recolector con licencia que mantiene viva la tradición. La zona de acantilados recorrida es conocida como Ses Roques Males y aquí se encuentra un camino que conduce directamente hasta Platges de Comte, donde finalizará la caminata.
Si mantenemos la ruta junto a la costa, la primera cala de Platges de Comte que encontramos es Es Racó d’en Xic, un pequeño arenal con alguna que otra caseta varadero, ideal para disfrutar de las plácidas aguas cristalinas que bañan esta costa. A continuación, siguiendo los peñones, encontramos la playa de poniente, la preferida de los visitantes para ver el final de la puesta de sol, ese instante cuando el sol más enrojece para desaparecer definitivamente por el horizonte. Más adelante está la playa de Tramuntana, que no goza de la misma perspectiva para disfrutar de este espectáculo, pero que sigue siendo igual de bella que el resto del paisaje y guarda las mejores vistas sobre L’illa des Bosc, protagonista indiscutible de Platges de Comte. Al fondo, para acompañar el momento del ocaso, también se hallan los islotes de Poniente, que junto a Es Vedrà y Es Vedranell conforman una de las reservas naturales más importantes del municipio.
Así que tras recorrer las dunas, acantilados y playas de esta zona, nada mejor que tomar asiento, ya sea en la arena de la orilla, o al borde de los pequeños peñascos que bordean la playa de poniente, pues no hay nada mejor que finalizar un paseo con la espectacular postal de la puesta de sol de Platges de Comte.