El parque natural de Ses Salines es una de las zonas más espectaculares de Ibiza, con sus estanques, sus montañas de sal y sus preciosas playas. Por eso merece la pena dar un paseo para apreciar mejor su belleza. Para este recorrido necesitaremos una hora. Es recomendable usar crema protectora para no quemarnos, gafas de sol y sombrero.
Mapa de la ruta
Dificultad: Baja
Distancia: 4,38 km.
Tiempo estimado: 2 horas (ida)
Recomendaciones: Recomendación: Llevar calzado deportivo, ropa deportiva y agua.
Un paseo por el Parque Natural de Ses Salines
El trayecto está pensado para salir desde Es Cavallet, una de las playas del parque, que además es conocida por ser nudista. En nuestro recorrido en coche hasta allí ya podremos apreciar la singular belleza de este espacio protegido, con una gran riqueza en cuanto a fauna y flora y en cuyos estanques muchas veces se pueden avistar flamencos.
Una vez lleguemos a Es Cavallet podemos dejar el vehículo cerca de la capilla de sa Revista. Se trata de una pequeña ermita construida en el siglo XVIII para los trabajadores de la sal y a su alrededor hay un pequeño núcleo urbano.
Desde ahí llegamos a la playa de es Cavallet. Hay dos opciones para recorrer el primer tramo. Una es por la playa, donde podemos disfrutar de un agradable paseo al lado de la orilla y sobre la arena y otra es ir por los estanques, en un caminito que sale justo por donde está el parking de es Cavallet. Si se escoge esta segunda opción, que al final acaba desembocando en la playa, se podrán observar también de cerca los estanques y las aves que lo pueblan. Si se opta por la playa, se podrán apreciar dunas, el mar y también vegetación autóctona.
Es Cavallet es una playa larga, de arena, con un mar muy azul. En el paseo se podrán observar algunos de los islotes que hay entre esta zona de la isla y Formentera. El estrecho lleva por nombre es Freus y está poblado por algunas islitas. Por ejemplo s’Espalmador, una de los famosas por estar pegada a Formentera y por ser fondeo habitual de los yates en su paradisíaca playa. Pero también hay otras como es Penjats o es Daus, estos últimos contra los que chocó el Don Pedro, un barco de mercancías que se hundió hace unos años frente a las costas de Ibiza que hoy en día, este pecio, se ha convertido en una de las inmersiones más visitadas por los amantes del buceo.
En el paseo por la playa encontraremos numerosos chiringuitos y restaurantes, algunos de ellos de ambiente gay, en los que se puede parar a reponer fuerzas, degustar platos de la cocina autóctona y Mediterránea y a disfrutar del paisaje, tanto humano como natural.
Al final de la playa llegamos a la torre de defensa de ses Portes. Se trata de una de las numerosas torres de defensa costeras que se construyeron durante el siglo XVIII para proteger las islas. En este caso, la torre data del siglo XVI y fue usada como centinela para defenderse de los ataques de los piratas. Justo al lado de la torre hay una zona de casetas de pescadores, desde donde hay una bonita vista a Formentera.
Siguiendo hacia la derecha, por un camino plagado de sabinas y verde llegamos a la playa de Ses Salines. Primero veremos una serie de pequeñas calitas idílicas seguidas de un extenso arenal. Las transparentes y azules aguas de esta zona son famosas en el mundo entero. En Ses Salines podemos encontrar un gran ambiente cosmopolita, ya que siempre están muy concurridos hasta el atardecer. Cada chiringuito y quiosco tiene su propio estilo y es una playa que combina el ambiente familiar con el más glamuroso que suele concentrarse en las terrazas y en las zonas de hamacas.
Tanto en la playa de es Cavallet como en ses Salines podremos parar a tomar un baño en unas de las aguas más cristalinas de la isla y que deben su transparencia a las praderas de posidonia que hay en el fondo marino de esta zona, declaradas como Patrimonio de la Humanidad.