En la vertiente oeste de Sant Josep y a unos 8 km del casco urbano encontramos esta conocida playa en la que vamos a disfrutar de un emocionante snorkel.
Cala Vedella cuenta con todos los servicios que puedan necesitar los usuarios aunque nosotros no vamos a ir a la playa en sí, sino que antes de llegar y dejando atrás el mirador que hay en la carretera de acceso, aparcamos y nos dirigimos a las casetas varadero que hay en el lateral derecho. Desde la última de ellas podemos entrar al agua en un fondo de roca plagada de oquedades, grietas y cornisas, que en tramos cae verticalmente más allá de los 6 metros de profundidad, donde se consolida la pradera de posidonia.
Bancos de peces nos rodearán enseguida, tanto las luminosas salpas que pacen en la posidonia, como cardúmenes de pequeñas bogas que buscan refugio en este paisaje irregular.
Es conveniente ir pegados a la pared, que dejaremos a nuestra derecha, donde la profundidad es menor y la posibilidad de avistamiento de peces como tordos o serranos aumenta. Tampoco será extraño ver alguna pequeña escorpa, ese pez de aspecto pétreo que pasa perfectamente desapercibido posado en la roca y que forma parte de buenos platos de la cocina ibicenca.
El fondo, que en ocasiones cae como pared, comienza a presentarse menos profundo y salpicado ahora de piedras de medio tamaño procedentes de desprendimientos de la ladera en el punto en que el litoral forma un ángulo recto. Enseguida y justo bajo el mirador de la carretera, veremos un apéndice rocoso de pronunciado veril en el que se dibuja un arco en la roca a -4 metros. Si continuamos, al girar este islote surge una entrada en la pared a modo de cueva, en la que nos podemos asomar siempre que no haya oleaje, y después de reconocerla, invertir el sentido, ya de regreso al punto de partida .
En esta playa se concentran numerosas embarcaciones fondeadas por lo que tendremos cuidado y señalizaremos siempre nuestra presencia con boya.