Casetas varadero, el hogar del llaüt
La hermosa costa de Sant Josep está jalonada de vestigios que nos hablan de lo que ha sido la historia palpable de nuestro municipio, de las actividades de sus habitantes, de sus costumbres y de su cultura. Una de las figuras más características que podemos identificar fácilmente es la de las casetas varadero. Construcciones que se encuentran en innumerables calas y recodos de la costa y que representan el estilo de vida marinero que ha conformado una parte esencial del ADN de la isla.
Orígenes de las casetas varadero
Los orígenes de las casetas varadero se remontan a mucho tiempo atrás puesto que existen indicios de actividades de pesca ya desde tiempo de los fenicios. Ese es el caso del asentamiento de la llamada península de Sa Caleta en el que se han hallado restos antiguos de una posible caseta varadero, vinculada muy probablemente a las actividades de pesca que hace 2.000 años se cree que se desarrollaban en ese puerto fenicio. Las casetas actuales pueden contar con una antigüedad muy variable ya que al estar expuestas a los temporales suelen tener que ser reacondicionadas cada cierto tiempo. Aún así, alguna acumula más de medio siglo de existencia.
En lo que a la parte de varadero se refiere, la madera más utilizada históricamente fue la sabina, por su extraordinaria dureza y resistencia a la putrefacción. La exposición al agua salada, además, le confería una solidez añadida hasta el punto de ofrecer una durabilidad incluso superior a otros materiales de tipo industrial, considerados a priori más fiables. La sabina además no dañaba el casco de los llaüts a la hora de su flete y era abundante en la isla. En la actualidad, el nivel de protección de este árbol hace que se recurra a otros tipos de madera más abundantes y más prolíficos.
Función de las casetas varadero
Las casetas varadero, en su origen, cumplieron con la misión principal de ofrecer protección a las embarcaciones de pesca que, históricamente, han correspondido esencialmente a la figura del llaüt, la tradicional barca pesquera de las Islas Baleares y por extensión, de las Pitiusas. Muchos atribuyen su procedencia y diseño a embarcaciones del antiguo Egipto. De sólida construcción en madera y perfiles bastante simétricos, los llaüts fueron un medio de vida esencial que había que cuidar y mantener adecuadamente, por lo que no podían dejarse al albur del estado de la mar. Las características de la costa josepina, repleta de recónditas calas enclaustradas muchas veces por acantilados de roca o arcillas, forzaron a sus habitantes a crear su propia zona de embarque y desembarque, a modo de varadero artesanal con madera de sabina, y garantizar una protección mínima frente a los embates de la meteorología marina. El material de construcción primigenio fue principalmente el mortero de fango, la piedra, la madera y la arcilla para los tejados. Ya en la era moderna, el espíritu práctico se impuso y se recurrió al bloque y al cemento como materiales de construcción, más resistentes y de menor mantenimiento.
La particular estética de las casetas varadero ha conformado buena parte del paisaje más característico de nuestra costa. Inmortalizadas de innumerables formas, las casetas de pescadores se han integrado como una pieza más del atractivo turístico de Sant Josep. En su entorno muchos visitantes encuentran la paz y el sosiego que transmite el contemplar una obra que representa uno de los modos de vida más mediterráneos, en tranquilos parajes alejados del bullicio estival. De hecho, la existencia de las casetas ha permitido el disfrute de emplazamientos insólitos en la costa que, de otro modo, no serían accesibles por el visitante foráneo. A la sombra de sus techados tradicionales de caña y sabina, lo que fuera en su día un refugio para proteger un medio de vida se ha convertido en un lugar de encuentro para familias y amigos, en un punto neurálgico para el esparcimiento gastronómico en torno a un bullit o un guisat de peix, platos marineros por antonomasia, frutos de la pesca del día.
Las casetas son, desde ese punto de vista, elementos vivos, que partiendo de un uso eminentemente pesquero han evolucionado hacia un uso más recreativo y social.
Muchas son las curiosidades que han generado entre sus muros estas construcciones costeras, muchas de ellas ligadas a las duras condiciones de vida en el pasado. Algunos hablan de las actividades relacionadas con el furtivismo del extraperlo o el contrabando de tabaco en épocas en las que el mero hecho de subsistir y sacar adelante a la familia era una constante a la que se tenía que hacer frente a diario. La pesca no siempre proveía de recursos suficientes y muchos vieron en la discreta ubicación de los varaderos el punto ideal para comerciar y sacar un provecho económico con el que sustentar las necesidades de unidad familiar. Hoy, afortunadamente, las cosas son diferentes y la principal prioridad del día es saber si las condiciones del mar son buenas para disfrutar de una jornada de pesca recreativa en compañía de amigos o familia.
Plan de cuidado y mantenimiento de las casetas varadero
Las casetas varadero suelen agruparse en aquellas calas que tienen un acceso más favorable para las embarcaciones, mientras que en las zonas con mayores complicaciones orográficas suelen ser menos y más aisladas. Ejemplos del primer caso tenemos varios en el municipio de Sant Josep, como las que existen en Sa Caleta, ya mencionada antes, o en la cala de Porroig, frente a una ensenada que ofrece protección natural la mayor parte del año. Algunas de esas agrupaciones han sido reconocidas por las instituciones como Bienes de Interés Cultural y cuentan con una normativa específica para su cuidado y mantenimiento.
Al ser un espacio donde a lo largo de la historia se ha llevado una actividad tradicional, como es la pesca, y al representar un modo de vida, se han diseñado planes especiales de protección para que esta figura se conserve. Dichos planes especifican los materiales que deben ser usados para su mantenimiento, con el fin de preservar sus características originales. Eso, unido al genuino interés de muchos propietarios por recuperar la esencia de las casetas, ha hecho que se vuelva a recurrir a la piedra y la madera como elementos básicos para su rehabilitación.
Otros emplazamientos característicos de casetas varadero son los que se pueden encontrar en Cala d’Hort, Cala Llentrisca, es Xarco y Platges de Comte, entre otros. Pero si eres un amante de la aventura, basta con que decidas descubrir la costa por ti mismo y te aventures por alguno de los rincones del litoral de Sant Josep; seguro que, a poco que escudriñes entre las rocas, vislumbrarás algún rincón pintoresco con un llaüt sobre su varadero de sabina, o las paredes de alguna apacible caseta que te trasladarán a la auténtica esencia de la vida mediterránea. ¡Disfrútala!